20 sept 2011

DÍA 9º) EDIMBURGO-PERTH-PITLOCHRY-EDRADOUR (Destilería)-BLAIR ATHOLL

 

Día 9º) Sábado 10.09.2011.

Amanecemos en el hotel Premier de Edimburgo y después de un copioso desayuno fuimos a recoger el coche para llevarlo a la puerta del hotel, un momento sólo para cargar las maletas, hoy no esperábamos ninguna multa pues era más temprano y aún no había empezado el horario regulado, pero tuvimos que salir disparados hacia la calle perpendicular porque enseguida vino la policía y nos obligó a retirar el vehículo alegando que ahí estaba prohibida la parada, sí, sí, muy estrictos.

Después de cagar nuestras maletas, nos pusimos en carretera, el día había salido igual que el anterior, bastante lluvioso y con neblina.

Nuestro destino de hoy era Pitlochry, como teníamos que pasar por Perth, a unos 70 kmts., paramos para tomarnos un café, dimos una vuelta por el pueblo en el coche, y continuamos nuestra ruta.

Cuando llegamos a Pitlochry, a unos 113 kms. desde Edimburgo, nos fuimos directamente para el hotel a soltar el equipaje, se quedaron muy sorprendidos cuando nos vieron llegar (la hora de entrada no era hasta las 15:00 horas), ante tal extrañeza, tuvimos que aclarar que sólo queríamos soltar nuestros bultos y marcharnos, que ya volveríamos pasadas las 15:00 horas.

Aquí quiero comentar que el haber elegido este pueblo y concretamente en el día de hoy es porque era el único lugar que nos pillaba en nuestra ruta durante los diez días de estancia en tierras escocesas, donde se celebraban los juegos de verano “Highlands Games”. Todo un clásico en estas tierras, de hecho modificamos la ruta inicial para que este día nos cogiera allí, ya que no queríamos venirnos sin pasar un día disfrutando de este acontecimiento único y tan diferente de nuestras fiestas populares, al menos por el sur de España.

Los Highland Games son un evento festivo con una larga tradición histórica en Escocia, que a modo de unos “Juegos Olímpicos Escoceses” se celebran durante los meses de primavera y verano en más de 60 ciudades y pueblos escoceses, mezcla la tradición celta y las actividades deportivas autóctonas.

Cuando llegamos al lugar de los juegos, pagamos la entrada creo que fueron en total unos 42 GBP, las 6 entradas y el coche que también se pagaba el aparcamiento.

Nada más aparcar, nos encontramos una gran explanada de césped verde con unas gradas a la derecha y un montón de casetas a la izquierda, que eran stands de comida rápida y bebidas así como tómbolas y otras tiendas, en la parte central es donde se celebraban los juegos.

Lástima que el día que nos hizo, casi todo el día lloviendo, no pudimos disfrutar a tope de los entretenimientos al aire libre.

Se componen, por un lado, de pruebas de fuerza, como por ejemplo, levantar y lanzar un tronco vertical (caber toss) de más de 3 m., piedras o el martillo escocés (similar al olímpico que conocemos pero con el mango rígido)…. Pero además de estas actividades deportivas, se llevan a cabo competiciones de música y danza celta, como concursos de bandas de gaitas o de tambores, que compiten en grupo o individualmente. Ver fotos

Allí comprobamos cómo, a pesar de la lluvia, los hombres, ataviados con sus faldas escocesas participaban en el lanzamiento de los  troncos, las piedras, carreras a pié, en bicicleta y cómo desfilaban, unas tras otras, el montón de bandas de gaitas llegadas desde cualquier punto de Escocia para participar en el evento. La lluvia, como si no fuera con ellos.

Al principio cuando comenzaron a aparecer, como diluviaba bastante, iban tapados con unos impermeables, más tarde cuando cesó un poco la lluvia paseamos por todo el recinto y nos entremezclamos con los gaiteros que estaban afinando sus instrumentos y ya no tenían puestos los impermeables por lo que pudimos disfrutar más y fotografiar la estética y el bonito colorido que nos daban las bandas con sus faldas escocesas de infinitos tipos de cuadros y colores (cada clan tiene el suyo específico), así como todo el resto de la indumentaria que llevaban.

A veces, cuando llovía más, aprovechamos para meternos en las carpas y tomar algunas pintas, nos recreábamos con  los gaiteros que entraban también a tomar su lunch y refrescar sus gargantas, viviendo su ambiente y fotografiándonos con ellos. También nos tomamos unas hamburguesas y perritos calientes en otra de las carpas para después de presenciar algunos juegos más y el concurso de danzas con grupos de niñas y adolescentes.

Sobre las 15:00 horas decidimos salirnos para ver algo más de la zona, y esa fue toda una odisea, salir del aparcamiento, como había llovido tanto durante todo el día, se había formado un barrizal a la entrada con lo que era casi imposible salir, todos los coches patinaban y tenían que ayudarle los encargados de la entrada empujándolos, incluso había una grúa que reclamaban sus servicios en caso de necesidad. Nosotros tuvimos mucha suerte, pues nuestro coche un todo terreno bastante potente y las habilidades de Jose como conductor, hicieron que saliéramos casi del tirón sin quedarnos atascados en el barro. Era tan divertido que había incluso curiosos “fuera del peligro” fotografiando a los embarrados y aplaudiendo cuando salían.Ver fotos

Nos fuimos directamente para Edradour, que estaba muy cerca, a ver la destilería del mismo nombre que es la más pequeña de toda Escocia pero que tenía un buen cartel en los foros de Internet. Estaba en un entorno muy bonito con pequeñas casitas blancas. Costaba 5 GBP y preguntamos si hacían tour en español, nos dijeron que no, así que pensamos que para ver otra destilería más, encima pagando y no enterarnos de nada, decidimos no entrar, sólo pasamos a la tienda donde vimos a la venta cosas tan curiosas como whiskies de 40 años por la friolera de 1.000 GBP.Ver fotos

De allí nos fuimos para un edificio que habíamos visto de lejos y nos pareció un castillo, cuando estuvimos cerca comprobamos que se trataba de un hotel, el Atholl Palace, pero era muy bonito, sobre todos los jardines y el entorno donde estaba ubicado.Ver fotos

A continuación, tomamos la carretera hacia Blair Atholl, a 13 kms. de Pitlochry para ver el Castillo, “Blair Castle”. Al entrar nos dijeron que teníamos que sacar el ticket, como sólo íbamos a verlo por fuera, le pedimos al señor que nos dejara pasar para hacerle una foto, el señor, muy amable accedió.

Era diferente a todos lo demás, totalmente blanco, resaltaba entre el verde del césped pero realzaría aún más si hubiera estado recién pintado, debido a las lluvias tan constantes en este país y al estar de blanco, debe ser más costoso el mantenimiento que los que son de piedra. Entraba gente muy arreglada supongo que celebrarán bodas. Nosotros al menos pudimos disfrutar un ratito de sus jardines, que eso sí que eran realmente espectaculares.Ver fotos

En general, todo el entorno era muy bonito, no pudimos evitar parar a fotografiar un bonito estanque y vacas pastando en el verde césped en la carretera. Después nos dirigimos a un café que había enfrente, donde está el centro de visitantes, allí me tomé un chocolate riquísimo y los cafés también eran de lo mejorcito que habíamos tomado en Escocia.

Ya nos fuimos directamente para el hotel a recepcionar la habitación, por fin, ya habíamos cumplido el horario con creces. Nosotros no tuvimos ningún problema aunque la decoración de la habitación era algo infantil y el baño minúsculo, pero como siempre, a las otras dos chicas les tocó una habitación con baño y no con ducha como habíamos pedido expresamente al hacer la reserva además de darles cama de matrimonio, otra vez estos inflexibles escoceses, a lo segundo accedieron separando las camas pero a lo primero alegaron que no tenían ninguna habitación libre.

Con el tiempo tan malo que habíamos tenido por la mañana, despejó y se puso una tarde preciosa, como el hotel estaba cerca del centro, o sea de la carretera (Athol Road) o calle principal ya que el pueblo es muy pequeñito, salimos de nuevo para dar una vuelta, había muchísimo ambiente, supongo que sería por las fiestas ya que toda la calle estaba llena de tiendas que estaban cerradas y restaurantes y bares a tope.

Como he dicho antes, Pitlochry, aunque es precioso, es un pueblo muy pequeñito, así que terminamos pronto de verlo y a la vuelta de nuestro paseo, nos pilló el desfile de las bandas de gaitas que habían ganado los premios, supongo que los tres primeros porque los que iban delante portaban muy orgullosos sus copas, una vez más nos deleitaron con su precioso sonido de gaita que tantas veces habíamos escuchado por la mañana en el recinto de los juegos, sonido que se me ha quedado grabado y que siempre asociaré a este lugar.Ver fotos

El fin del recorrido de las bandas era en el Bar Kingfisher, un bar grande con una hermosa terraza exterior y un ambientazo tremendo algunos bastante piripis ya, después de haber estado todo el día en los juegos, bien de público o participando.

Al llegar a este lugar, vimos como se deshacían las bandas y los mayores pedían sus bien merecidas pintas, y después iban a un chino de comida rápida que habían enfrente y compraban la comida para tomársela en la terraza del bar. Nosotros terminamos haciendo igual que ellos, después de mirar en algunos restaurantes y no quedar muy convencidos, también fuimos al chino y nos prepararon nuestros de menús de fish and chips, pollo, arroz y sopa y nos lo llevamos al Kingfisher, donde nos pedimos nuestras cervezas y junto a los animados vecinos de  Pitlochry y visitantes que algunos ya se encontraban bastante borrachos, terminamos nuestra noche y nos fuimos para el hotel.Ver fotos

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1 comentario:

Enrique F. Ivern dijo...

Hola, descubrí tu blog de casualidad y también anduvimos por Pitlochry y nos encantó...
Muy buena parada, aunque sin juegos, pero con whisky!
Saludos viajeros.

efivern.blogspot.com