27 sept 2015

9 DÍAS RECORRIENDO EL NORTE DE ITALIA. CAPÍTULO I

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CAPÍTULO I - SEVILLA-BÉRGAMO- BÉRGAMO-MILÁN-SIRMIONE (LAGO DE GARDA)

DÍA 1º-JUEVES - 17/09/2015

Vuelo: Directo Sevilla-Bérgamo con RYANAIR.

Ida:  17/09 A las 17:50. Llegada a Bérgamo a las 22:25 (Eso era lo previsto, realmente tuvo un poco de retraso y llegamos 30' más tarde)

Regreso: 26/09 – A las 17:15. Llegada a Sevilla a las 20:00

Precio: 192,46€ incluido seguro y una maleta facturada de 15 kg. más dos pequeñas en cabina de 10 kgs.

Coche de alquiler: Recogida y entrega en Aeropuerto de Bérgamo .

Contratado con Rentalcars

Tipo de coche: Ford Focus  / Proveedor: Firefly
Coste Total: 259,27€ 

Condiciones: Reembolso de la Franquicia por Daños  km ilimitados / deposito de lleno a lleno // cancelación gratuita hasta 48 horas antes del inicio del alquiler / conductor adicional incluido en el precio del alquiler / cancelación gratuita incluso pagando con deposito.

La casa está bien, los empleados muy amables, formales y bien de precio pero es la 2ª marca o marca barata de la conocida Hertz y los coches son un poco más viejos, pero claro por eso es más barata.

Recogimos el coche de alquiler y nos fuimos para el hotel.

Hotel:  Fantástico en un pueblecito muy cercano al aeropuerto a 4,2 kms. 6’, sólo para pasar la noche y al día siguiente iniciar la ruta.

Winter Garden Hotel Bergamo Airport 4*

Via Padergnone 52, 24050 Grassobbio

Alojamiento + desayuno + cancelación gratuita precio: 65€ contratado a través de la agencia Zafiro Tours

DÍA 2º-VIERNES - 18/09/2015

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Horas de coche y kms. aproximados del día:  2h18’ – 191 kms.

Desayuno muy bueno

Destino a Milán por autopista de pago: 3,40€. Mucho tráfico. Atascos a la entrada de la ciudad.

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Parking en Macianchini, junto a la parada de metro del mismo nombre en Viale Marché, bastante económico por estar concertado para tomar el metro allí mismo y no llevar el coche al centro. Lo recomiendo totalmente, hay varios de este tipo en todas las entradas a la ciudad, es la mejor opción cuando se lleva el coche a Milán. Un parking de pago en el centro para un día completo sale muy caro y así estás tranquilo. Por 2€ + el ticket del metro(6€ cuatro ticket de metro)

http://www.atm.it/en/ViaggiaConNoi/Auto/Pages/ParcheggiStruttura.aspx

Tomamos la Línea de metro núm. 3 (6 paradas. Parada Duomo M3)

Al bajar del metro en la Plaza del Duomo,  lo primero que nos encontramos fue de sopetón con la impresionante fachada del Duomo y la de la Galería Victorio Enmanuel

Plaza del Duomo. Fachada de la Catedral y de la Galería Victorio Enmanuel

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Bordeamos la catedral en busca de la oficina de turismo, que en principio no la encontramos porque estaba en la Galería Victorio Enmanuel.

Diversas vistas de las fachadas de la Catedral y cartel con los precios de las visitas

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Lo que sí encontramos en un edificio enfrente de la parte trasera de la catedral que era la oficina del Duomo y aprovechamos para comprar la entrada aunque no la veríamos hasta más tarde. Compramos el ticket completo de 15€ que comprendía la Catedral, Museo, Cubiertas o terrazas (en ascensor), área arqueológica y exhibición en S. Gottardo.

Y nos fuimos para la Galería Victorio Emanuel II, donde al final a la izquierda se encuentra la oficina de turismo que aprovechamos para recoger alguna información y planos.

Es un edificio formado por dos arcadas perpendiculares con bóveda de vidrio que se cruzan formando un octágono; es un espacio singular situado en el lado norte de la Piazza del Duomo en Milán, que conecta con la Piazza della Scala. Su nombre proviene de Vittorio Emanuel II, primer rey de la Italia unificada; la galería fue diseñada originalmente en 1861 y construida por Giuseppe Mengoni entre1865 y 1877.

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Salimos por la otra puerta de la Galería que conecta a la Plaza de la Scala, donde se encuentra el famoso teatro del mismo nombre y la Estatua de Leonardo Da Vinci.

Plaza de la Scala, Teatro Alla Scala y Estatua de Leonardo Da Vinci

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Visitamos el Teatro Scala y el museo. 10€ el ticket de ambos para dos personas (incluido descuento de jubilado). El horario para las visitas es todos los días de 09:00 a 12:30 y de 13:30 a 17:30.

La Scala de Milán es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo y como curiosidad, la temporada del teatro suele iniciarse el 7 de diciembre, día de San Ambrosio, santo patrón de Milán. Todas las funciones deben terminar antes de la medianoche; las óperas más largas deben comenzar más temprano.

El Teatro

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El Museo

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A continuación, nos dirigimos hacia el barrio Breda, que nos aconsejaron en la oficina de turismo, pero más allá de la Plaza de Carmine con la bonita fachada de la iglesia del mismo nombre y la escultura de Igor Mitoraj, no vimos nada más interesante. Eso sí, parecía una zona ambientada y de bares para comer, pero aún era temprano, nos quedaban muchas cosas que ver antes de la hora del almuerzo y y tras pasear un poco más por el Barrio Breda, nos dirigimos al Castillo Sforzesco.

Plaza del Carmine con Iglesia del Carmine y Escultura de Igor Mitoraj

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Llegamos al Castillo Sforzesco por su parte trasera y le dimos la vuelta al edifico hasta llegar a la parte delantera para entrar por la puerta principal.

Pasamos por el primer patio central del castillo que se encuentra abierto de forma gratuita, ya que en su interior  alberga 7 museos, después por el segundo patio donde hay exposiciones temporales, cine de verano, mucho ambiente estudiantil, curiosas hamacas y una bonita vista del parque Sempione, desde donde se divisaba el Arco de la Paz. Por esa zona sí me hubiera gustado pasear un poco más, pero ya se nos hacía tarde para el montón de cosas que nos quedaban por ver.

Castillo Sforzesco

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Curiosas hamacas en zona de recreo al final del Castillo Sforzesco y vista del Arco de la Paz en el Parque Sempione

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Nos tomamos una cerveza en el bar-kiosoko junto al castillo. Esta es la zona que he visto más cambiada respecto a mi visita anterior allá por el año 1997, la plaza Castello estaba abierta a los coches con un tráfico infernal y paradas de autobuses de todo tipo, hoy es una zona peatonal y de carril bici mucho más tranquila y acogedora, considero que le da mucho más valor al castillo y a la via de Dante.

Después nos dirigimos a la vía de Dante, muy bonita, además ahora decorada con banderas de países de todo el mundo, promocionando la Expo de Milán de 2015, pasando por la plaza Mercanti, bonito rincón medieval,  llegamos hasta la plaza del Duomo.

Fuente de la Plaza del Castelo y la Vía de Dante

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De nuevo en la Plaza del Duomo, no pudimos evitar fotografiar otra vez la plaza, la estatua ecuestre de Victorio Emanuel, la Catedral, la Galería y algunos otros edificios, antes de ponernos en la cola para entrar a ver el Duomo.

Aunque realmente no había mucha cola, si había dos filas, una general y otra para los que había que registrar. ¿A cual creéis que nos enviaron? pues sí, habéis acertado, a la del registro, suponemos que por el aspecto árabe de mi marido porque por las mochilas… dejaron pasar otras mucho más grandes que las nuestras, pero claro, eran transportadas por altos y rubios norte-europeos o americanos.

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Visita de la Catedral. La Catedral de Milán  es de estilo gótico. Tiene 157 metros de largo y puede albergar 40.000 personas en su interior. Es una de las iglesias de culto católico más grandes del mundo, y las ventanas del coro tienen la reputación de ser las mayores que se conocen.

Visitamos en su interior la línea donde pasa el meridiano, tumba de Carlos Borromeo y zona arqueológica entre otras cosas.

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Terraza panorámica

A continuación nos fuimos a visitar la terraza panorámica, la subida la hicimos en ascensor.

La terraza de la parte superior de la catedral ocupa prácticamente toda la superficie del tejado y ofrece la posibilidad de pasear por las alturas mientras se contemplan las preciosas vistas de la ciudad. También resulta interesante la visión de los pináculos y las esculturas del tejado de cerca.

Es posible acceder a la terraza tanto a pie como en ascensor, por el que es necesario pagar un suplemento.

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De allí nos fuimos por la Via Torino a visitar la Iglesia de San Sátiro.

Ubicada en la confluencia de las calles Torino, Speronari, Falcone y Unione, la iglesia renacentista de Santa María en San Sátiro puede parecer a simple vista un modesto templo de estilo renacentista, que todavía conserva algún pequeño elemento de época medieval. Sin embargo, las apariencias engañan.

Con una longitud tan escasa, el interior de la iglesia con una única nave y pequeñas naves laterales–, resultaba visualmente muy pequeña y poco atractiva.

Por suerte, Donato Bramante supo corregir esta carencia dando muestras de un notable ingenio y de un magnífico y sorprendente dominio de la perspectiva. Así, el pintor y arquitecto diseñó un presbiterio de estuco sobre el que pintó con gran maestría una arquitectura fingida en la que simuló una cubierta de bóveda de cañón con casetones, que parece una prolongación de la bóveda que cubre la nave central.

¿El resultado? Basta con asomarse al interior del pequeño templo para quedar convencidos de que hay un buen espacio en profundidad tras el altar. Sólo al acercarnos al fondo del templo descubrimos el hábil engaño que ha confundido a nuestros sentidos.

La increíble ilusión óptica de la Iglesia de San Sátiro

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En la Plaza Santa Mª Beltrade nos paramos para comer una lasaña vegetal y dos cervezas (20,50€)

A continuación tomamos por la vía Lanzone hacia la  Basílica de San Ambrosio

La Basílica de San Ambrosio presenta un aspecto exterior poco común compuesto por dos torres de ladrillo de diferentes alturas y un enorme atrio, casi tan grande como la iglesia, en el que se pueden ver algunos fragmentos arqueológicos.

Basílica de San Ambrosio

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Lo siguiente ya no lo teníamos planificado, seguimos las indicaciones de la oficina de turismo. N os fuimos para la zona de el Corso di Porta Ticinese para ver las columnas romanas y la Iglesia de San Lorenzo Maggiore en Plaza de San Lorenzo

La Plaza de San Lorenzo es la parte mejor conservada de la ciudad de la época del Imperio Romano. Es donde se reúnen los jóvenes a beber y pasar el rato, sobre todo los universitarios. Además hay muchos locales para tomar un aperitivo y salir de fiesta.
Aquí es donde también están las famosas columnas de San Lorenzo que, según dice la tradición, hay que contar al pasar por su lado. En total suman 16, todas datadas del siglo II d. C.

Frente a ellas está a iglesia de San Lorenzo.

Corso di Porta de Ticinese y columnas romanas del s.II

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Iglesia de San Lorenzo Maggiore

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Nos tomamos un café en Café Martin (dos cafés y un duce 6€) en la misma esquina donde teníamos buen panorama del ir y venir de la juventud que por allí se aglomeraba en los bancos de la plaza San Lorenzo.

Y ya por ultimo siguiendo el Corso de Porta Ticinese, nos dirigimos a la Plaza de San Eustorgio y al barrio Navigli, cosa que nos sorprendió bastante porque no imaginábamos que en Milán se encontraban canales de ese tipo y es más nunca había oído hablar de ellos hasta que la chica de la oficina de turismo nos mandó aquí pero casi sin entendernos por el idioma, realmente no sabíamos muy bien lo que veníamos a ver.

Después de dar una vuelta admirando los canales desde la barandilla nos fuimos porque se nos hacía tarde para nuestro siguiente destino.

Ahora, confeccionando ese blog he encontrado mucha más información y me hubiera gustado haber permanecido más tiempo por esta zona para ver El Naviglio Grande lleno de restaurantes y terrazas… y con dos cosas importantes que ver: la Chiesa di San Cristóforo, y el “Vicolo delle Lavandaie” (Callejón de las lavanderas).

Si queréis saber más de esta zona, encontré un artículo bastante interesante en un blog, lástima no haberlo encontrado antes de mi viaje.

https://desdemilan.wordpress.com/2013/06/14/que-ver-en-milan-maravilloso-navigli-y-basilica-con-restos-de-los-reyes-magos/

Canales del barrio Navigli.

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De aquí nos fuimos por Via Vigevano para la Puerta de Génova que era la parada de metro más cercana que teníamos. Allí tomamos la línea 2 (verde) hasta Centrale (8 paradas), donde cambiamos a la línea 3 (amarilla) 3 paradas, hasta Maciachini, que es donde habíamos dejado nuestro vehículo.

Me fui con un poco de pena de Milán porque era mi primer destino y siempre se coge con más ganas, y porque a pesar de lo que la gente  me decía que viera Milán al principio porque no tenía mucho que ver, tengo que contradecirlas porque sí tiene mucho que ver, aunque viéramos lo más importante y turístico, al menos me hubiera gustado estar allí un día más para ver como mínimo lo mismo pero más tranquilo

Y algunas cosas más como el cuadrilátero de la moda (aunque nos seamos mucho de tiendas, escaparates ni seguidores de la moda), algunas iglesias más como Santa Mª de Gracia (**), Iglesia de San Maurizio al Monasterio Maggiore, la de San Ossa, algunos de sus mucho palacios, algunos museos, el cementerio Monumental y la Estación Central, o más detenidamente el Parque Sempione, Plaza Mercanti y por supuesto el Barrio Navigli entre otros. Sin olvidar la Expo, lástima que eso ya no se pueda ver aunque vuelva a Milán en otra ocasión.

(**) Esta iglesia es donde se encuentra la Santa Cena de Leonardo Da Vinci, yo ya a vi cuando estuve en mi primera visita y ahora me hubiera gustado volver para que la viera mi marido pero no pensé que era tan complicado y no reservé con tiempo así que cuando me quise dar cuenta ya no había entradas para el día que nosotros estaríamos allí.

Tomamos el coche y con nuestro navegador en marcha emprendimos rumbo al siguiente destino que era el Lago de Garda, concretamente dormiríamos en Sirmione.

Nos cogió un gran atasco en la carretera, llegando al hotel de Sirmione sobre las 21:30.

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El Hotel Luna se encuentra al principio de la 3ª parte de Sirmione, después de pasar la zona más nueva y antes de entrar en la zona del casco antiguo hay un control policial, ya que sólo dan acceso a los coche autorizados.

Por eso reservamos un hotel bien situado y que principalmente tuviera parquin para poder acceder con el coche hasta la puerta.

A esas horas tardamos un buen rato en llegar al hotel porque atravesar el casco antiguo era complicado con tanta gente caminando, mucho ambiente tiendas abiertas, restaurantes, etc.

La señora del hotel se queda con las llaves del coche y nos dice que ella se encargaba de todo, persona amabilísima que nos da una amplia información turística.

Después de comprar unas cervezas en la máquina, cenamos de nuestros víveres en la terraza de la habitación con unas fantásticas vistas al Lago de Garda.

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