Sábado día 01/04/2017
Hacía tiempo que teníamos ganas de ir al Valle del Jerte para ver los cerezos en flor. Este año nos decidimos por fin, pero teníamos que estar muy pendientes del tiempo ya que unas improvisadas nevadas estuvieron a punto de fastidiarnos el viaje. Suerte que hay muchos cerezos y aún habiéndose estropeado algunos y como todos no florecen a la misma vez, pudimos deleitarnos de ese maravilloso paisaje.
Realmente para poder disfrutar la comarca al completo, ver todos sus pueblos y las rutas de la floración, harían falta mínimo 2 días, principalmente para nosotros que veníamos de tan lejos y necesitábamos mucho tiempo para el desplazamiento, pero como no podíamos quedarnos a dormir, al menos veríamos algunos y otra vez volveríamos con más tranquilidad o haríamos otra ruta.
Salimos temprano de casa, en familia. Aunque mi madre ya había estado alli con mi padre en un viaje del Inserso años atrás, quiso repetir su experiencia y se apuntó a acompañarnos.
Eran poco más de las 06:30 de la mañana cuando salimos de casa y tras pararnos a desayunar en un complejo 24 horas (Complejo Leo) en la localidad de Monesterio (Badajoz), llegamos sobre las 10:30 a El Torno, primer pueblo por el que habíamos decidido comenzar.
Justo antes de la entrada, a la derecha, se encuentra “El Mirador de la Memoria Histórica” es un conjunto escultórico que rinde homenaje a los olvidados de la Guerra Civil y la Dictadura. Fue inaugurado en 2008, encargado por la Asociación de Jóvenes Comarca del Jerte, que sufragaron el coste de dicha obra mediante una subvención recogida en la Ley de la Memoria Histórica. Es bonito y muy interesante su significado pero sobre todo hay que pararse en ese mirador por las espectaculares vistas que desde allí se disfrutan.
Parada en el pueblo del Torno para tomar un café y continuamos hacia la siguiente localidad, Rebollar, no sin antes detenernos en la carretera para fotografiar los primeros cerezos que vimos.
Pasamos de largo el coqueto pueblo de Rebollar y el siguiente, Navaconcejo y continuamos hasta Cabezuela del Valle, porque en esta ocasión nuestro objetivo eran los cerezos y no podíamos pararnos a hacer turismo en todos los pueblecitos de la comarca.
Árboles unidos en Cabezuela del Valle
Esta población es una de las principales de la zona, está bañada por el río Jerte, por lo que en este punto se encuentran gran cantidad de piscinas naturales en las que se puede disfrutar de un baño: La Pescarona, El Simón, La Picaza, El Vao.. pero eso se va a quedar para otra visita en verano.
En Cabezuela del Valle es donde se encuentra el Museo de la Cereza (que no nos dio tiempo a visitar) y el Centro de Visitantes con la Oficina de Turismo, así como allí también es donde parten los autobuses que cada sábado en época de floración y de forma gratuita, te llevan por los pueblos del Valle.
Al final del pueblo, a la izquierda está el puente que cruza el río Jerte y una vez atravesado este, un poco más adelante a la derecha, pasando las piscinas naturales que he comentado antes, se encuentra el Centro de Visitantes. Allí nos dieron un plano y nos explicaron lo de los autobuses y las dos rutas que hay, una lineal y otra circular.
Ruta Lineal
Ruta Circular:
Al principio pensamos en tomar el autobús ya que allí había un gran aparcamiento donde dejar nuestro vehículo, pero después desistimos porque había mucha cola, incluso nos comentó la chica de la oficina de turismo que el autobús anterior no había podido llevarse a todo el público que esperaba, con lo cual cada vez que te bajaras para ver una pueblo, al subirte tenías que hacer nueva cola y también pensamos que si era un bus que sólo hacía la función de transporte y no una visita guiada ni explicada por un guía, lo haríamos mejor con nuestro coche pues tendríamos más libertad de pararnos donde quisiéramos o pudiéramos y no estar sujetos a horarios.
Zona de las Piscinas naturales en Cabezuela del Valle
Comenzamos por la ruta lineal y la siguiente parada fue a unos 5 kms., en el pueblo de Jerte, bueno más que en el pueblo, la parada fue justo a la entrada de este en el arcén de la carretera (N-610), donde estaban parados todos los coches, incluso autobuses de turismo, allí comenzaba el espectáculo de los cerezos.
Bueno, bueno, impresionante. En general me ha decepcionado un poco la vista de los cerezos de lejos, no encontraba esos paisajes blancos donde los árboles resplandecían entre lo verde, esperaba ver campos blancos y no era así, sin embargo de cerca, cuando estás al lado de ellos son espectaculares, sobran las palabras, podéis ver las fotos.
Pasando el pueblo de Jerte, a la derecha, paramos en un bar para tomar una cervecita que ya era la hora, y en la terraza del mismo bar continuamos disfrutando del espectáculo de los cerezos, teníamos estas bonitas vistas de las fotos siguientes.
Nos comentan en la oficia de Turismo que uno de los parajes más interesantes para ver en esta ruta lineal, es la Garganta de los Infiernos que se encuentra a la derecha entre los pueblos de Cabezuela del Valle y Jerte, pero nosotros pasamos de largo y no la vimos puesto que para acceder a la zona bonita hay que hacer un trayecto a pie de unos 3 kms. y nosotros íbamos con una persona mayor, muy ágil pero con sus lógicas limitaciones, teníamos que ver sólo aquello que era accesible con coche o trayectos a pie cortitos, lo menciono para que aquellas personas que no tengáis ningún problema para caminar u os guste el senderismo.
Y continuamos recto por la N-110 sin perderla, pasamos el pueblo de Tornavacas, y cruzamos el puerto del mismo nombre, hasta llegar al Mirador del Valle del Jerte, el punto más alto situado a 1274 m. de altitud, en el km 352 de la N-110 entre Plasencia y Ávila, en el límite de las dos Comunidades, Extremadura y Castilla León.
Maravilloso paisaje desde donde se divisan perfectamente, al estar el día claro, el valle y todos los pueblecitos por los que habíamos pasado. Allí había algún banco para descansar y disfrutar de las vistas y algunos puestos con productos típicos de la zona, principalmente dulces y mermeladas y otros artículos elaborados con la cereza como o podían faltar.
Mirador de Tornavacas
Retornamos por donde habíamos venido, bajando el puerto de nuevo con sus muchas curvas pero con unas vistas alucinantes y esta vez sí nos paramos en el pueblo de Tornavacas porque era el lugar que habíamos elegido para comer y donde reservamos mesa previamente en el Restaurante La Covacha, en Av. Extremadura, 26.
El Restaurante La Covacha es un lugar típicamente rustico que peca un poco de oscuro pero tuvimos la suerte que nos ubicaron en un local justo en frente, es como un anexo-comedor todo acristalado con buena iluminación, decorado bonito y vistas a la calle. Tomamos unas cuantas raciones para compartir de algunos productos típicos extremeños como las migas o el cochinillo frito y algunas otras, nada espectacular pero todo aceptable.
Justo al lado del restaurante hay una Cooperativa donde venden productos típicos, no cierran a mediodía por lo que podéis hacer compras en ese pueblo a cualquier hora que paséis.
Volvimos a Cabezuela del Valle, siempre paralelo al río Jerte, donde paramos para tomar estas bonitas fotos del río, las piscinas naturales, el puente, la cascada, etc.
Río Jerte a su paso por Cabezuela del Valle
Y aunque ya no nos daba tiempo de hacer la ruta circular completa no quisimos irnos sin perdernos un trocito de ella, iniciamos el ascenso al pueblo de Valdecasillas, camino precioso, plagado nuevamente de cerezos en plena floración, como podéis ver en las fotos.
Pasando Valdecasillas y continuando por la comarcal 17.5, llegamos a la Garganta de Marta y su mirador del Salto del Agua.
Después llegamos hasta la Cascada del Caozo, pero había muchos coches aparcados en la carretera y otros que iban y venían, por el poco hueco que dejaban estos, asi que sólo subió mi cuñado y ya volvimos a la N-610 para tomar el camino de regreso a casa.
Nos quedaban bastantes cosas por ver como comenté el principio, pero ya el día no daba para más, ya volveremos otro año para repetir la experiencia y ver el resto de la ruta circular que nos quedó.
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