30 jul 2017

JAPÓN. CAPÍTULO XV: KIOTO-HIMEJI-KIOTO / 12.07.2017


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Día 15º) Miércoles 12/07/2017

Tren Shinkansen Hikari 491 desde la Estación de Kioto a Himaji. Llegada a las 08:04 
HIMEJI

Al llegar a la estación de Himeji, nos encontramos estas muestras de los carros que usan para los festivales. Alguna similitud pero distintos de los que vimos en el museo de Tacayama.




Desayunamos en un bar de calle Otemai-dori y nos fuimos caminando hacia el Castillo.



Para llegar hasta allí, aunque está a 1,800 km. de la estación, no tiene pérdida es en línea recta por la calle frente a la estación. 

Aunque esta foto la hicimos cuando llegamos al castillo desde una de sus ventanas, la estación es el edificio del fondo de la calle central recta con los árboles, donde se aprecia que a pesar de la distancia no tiene pérdida.

La entrada cuesta 1000 Y y si se compra combinada con los jardines de Koko-en 1040 Y, esta fue la que nosotros compramos.

Aquí de nuevo, como en todas las ciudades, vimos otra de las bonitas tapas de alcantarillas decoradas.


Nos acercábamos al Monumento. Lástima que el día estaba nublado y la blancura de su fachada, hacía que no resaltara tanto como si hubiera estado un día azul.











Recién restaurado, el de Himeji es uno de los castillos más espectaculares y bonitos de todo Japón. 


Fue reabierto a la finalización de las obras en marzo de 2015. 

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 y Tesoro Nacional. Es uno de los tres más famosos y populares de Japón, además de ser una de las estructuras más antiguas del Japón medieval.





El complejo se compone de cinco niveles, el torreón principal y tres torres más pequeñas que presentan una línea espléndida, desde un punto de vista tanto estético como arquitectónico. 



Recibe el apodo de Hakujoro o Castillo de la garza blanca por la semejanza que muestra, a distancia, con una de estas aves elegantemente posada en la llanura.


Es una fortaleza del tipo hirayama-jiro, es decir, situada sobre una colina rodeada de llanuras y es un ejemplo perfecto de arquitectura de los castillos japoneses.





Curiosidad del servicio de caballeros del castillo. Probablemente los japoneses han diseñado este tipo de urinario con la idea de que sirva para todos los públicos varones, niños y hombres de diferentes alturas, pero según decían nuestros hombres, era imposible miccionar sin salpicarte las piernas.



Su complicadísimo diseño defensivo lleno de puertas, pasadizos, cuartos secretos, muros y murallas que, junto con otros elementos como el laberinto que llevaba hasta la torre principal, pretendían confundir a los invasores en su entrada al recinto para poder atacarlos más rápidamente.


De hecho, hoy en día, a pesar de que la ruta está claramente señalizada, hay que tener mucho cuidado de no perderse para llegar a la torre principal.







Tras pasar las puertas y caminos de acceso, como si de un templo se tratara, nos invitan a quitarnos los zapatos y nos dan una bolsa de plástico que tenemos que cargar todo el tiempo con ella en la mano.


Desde las ventanas de las distintas plantas se divisan unas bonitas vistas de la ciudad









Una de las particularidades es que la construcción que vemos en la actualidad es el edificio original, ya que sus muros nunca fueron destruidos por incendios, terremotos o guerras. De hecho, durante la Guerra del Pacífico cayeron varias bombas sobre la torre principal, pero milagrosamente no llegaron a explotar, dejándolo intacto hasta nuestros días.











Ya en el exterior, de nuevo en los fosos y camino de Kokoen.




Koko-en


Los jardines de Kokoen, se encuentran fuera del recinto, bordeando el foso.



Fueron construidos en 1992 con motivo del centenario del establecimiento de la municipalidad de Himeji. Está compuesto de 9 jardines separados, a cual más bonito e impresionante. 

No parece que fueran tan grandes pero realmente son extensos, incluye un jardín de pinos, uno de bambú, otro de flores, una pequeña casa del té, estanques, lugares para reposar y admirar la belleza de las plantas y árboles que rodean los numerosos estanques y lagos.

Sin duda un lugar para relajarse y disfrutar.


































Hay una opción de tomar el té en el Teatro House por 500 ¥ cada uno, pero nos recomendaron que no merecía la pena. porque o te enseñan la ceremonia, sólo entras en el tatami y unas geishas te sacan el bowl ya preparado con un pastelito.






















Aperitivo en restaurante de Centro comercial Ekimae Flower Road


Tren Shinkasen hasta estación de Kioto

KIOTO


Al llegar a Kioto, como ya se nos había hecho un poco tarde, nos paramos a comer en uno de los muchos restaurantes de la zona comercial y de restauración de la Estación.



Tras la comida, cambiamos los planes. En principio esta tarde estaba previsto ir a FushimiInari, pero como nos habíamos retrasado y era nuestra última noche en Kioto, teníamos planificado ir a ver el espectáculo de Gion Corner y después habíamos hecho reserva en un restaurante para comer carne de Kobe.

Íbamos a estar muy ajustados e incluso se nos podía hacer de noche y yo particularmente tenía tanta ilusión en ver este lugar como Miyajima y prefería disfrutarlo más por la mañana temprano sin tantas prisas, así que lo dejamos para el día siguiente y decidimos hacer la visita del templo Higashi Hongan-ji, que a pesar de tenerlo junto al hotel como cada día cuando regresábamos estaba cerrado aún no habíamos tenido la oportunidad de verlo.







La Puerta de la Sala de los Fundadores (Goei-do mon) es una puerta inmensa construida en 1911 (es una de las más grandes que existen en Kyoto)



Su salón principal, el Goeido, es la estructura de madera más grande de Kioto y está dedicado a Shinran, el fundador de la secta. 


Junto a él y casi tan grande está el Salón Amidado, dedicado al Buda Amida. Aunque no dejaban hacer fotos de su interior, no eran demasiado estrictos como en otros sitios y pudimos robar algunas.













Curiosamente, este templo no figura dentro de los imperdibles de Kioto y a mi me pareció impresionante, cercano a la estación y sobre todo gratis.



Taxi hasta Yasaka Hall, donde se encuentra Gion Corner, para asistir a un espectáculo de distintas representaciones de las artes tradicionales japonesas.




Horario: Todos los días hay dos funciones, a las 18:00 y a las 19.00 horas. Del 1 de diciembre a la segunda semana de marzo sólo hay función viernes, sábados, domingos y festivos. Cierran el 16 de julio, el 16 de agosto y del 29 de diciembre a 3 de enero.


Precio: ¥ 3150 (yenes) casi 25 euros


Hoy volvimos con dinero efectivo ya que el día anterior no nos habían aceptado la tarjeta de crédito.


El Gion Corner es un lugar donde muestran siete tipos de artes escénicas, en particular de la danza kyo-mai que ejecutan las bailarinas maiko. Un compendio de artes escénicas tradicionales en un único escenario.

  • Ceremonia del Té
  • Música de Koto
  • Arte Floral ‘Ikebana’
  • Gjánaku
  • Kyogen
  • Kyomai o danza de Kioto
  • Bunraku
Nosotros fuimos a la sesión de las 18:00 horas. Tiene una duración de unos 45' aproximadamente y a mi particularmente no me gustó mucho, me pareció un poco caro para el espectáculo que daban, realmente una turistada.













Al terminar el espectáculo para hacer un poco de tiempo hasta la hora que teniamos reserva en el restaurante para la cena, paseamos por las calles Hanamikoji dori y Shijo dori, viendo sus bonita y caras tiendas. Después nos tomamos una cerveza en un bar español.



Restaurante Mikaku

Uno de los caprichos que nos queríamos dar en este viaje era comer carne de kobe, sí, la auténtica, pero no nos quedaba mucho tiempo ya para desplazarnos hasta la propia ciudad de Kobe, así que decidimos buscar un buen restaurante en Kioto que tuviera buenas referencias y comentarios de otros comensales.



Jose buscó en la web y encontró el Restaurante "Beef MIKAKU", en pleno Gion. El link que pongo es la web del propio restaurante, pero está en japonés no traducible, sólo para las imágenes. Si queréis más información buscar en otras páginas como Tripadvisor.

El día anterior, la chica de recepción nos hizo la reserva para hoy que era nuestra última noche en Kioto.



El Restaurante no es que fuera especialmente bonito, lo bueno que sólo cabían tantos comensales como larga era la barra-mesa-plancha, porque servía de todo y no nos perdimos todo el proceso de la elaboración.


Elegimos la cantidad de carne que tomaríamos por comensal (200 grs.) e iba incluido en un menú con muchos otros platitos muy al estilo japonés (verduras, ensalada, maíz, sopa, etc.)

Fue espectacular ver como trabajaban los alimentos esos cocineros, qué dominio de la paleta y todo en su punto con el orden perfecto para que nada se enfriara...




Los ajos a la plancha, de acompañamiento a los platos.



Estos son los trozos de carne que pedimos, antes de ser cocinados.





Todo ello acompañado con cerveza y con un buen sake, como no podía faltar. Probamos sake en muchos sitios pero como este ninguno, exquisito.










Y aqui esta el kobe, exquisito de verdad, jamás he comido una carne de ternera más tierna y rica.



Bueno, en definitiva, la cena fue espectacular, no nos defraudó ni el sitio ni la comida, el precio.... de eso mejor no hablamos, un poco caro sí, pero nada fuera de lo que esperábamos, mereció la pena y todos los días no va uno a Japón para poder vivir esos momentos. Totalmente recomendable.

Taxi y de regreso al hotel.






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