14 nov 2019

4 DÍAS EN LA REGIÓN DE OCCITANIA (FRANCIA)-CAPÍTULO III - TOULOUSE-ALBI-CORDES SUR CIEL-TOULOUSE


CAPÍTULO III -  TOULOUSE-ALBI-CORDES SUR CIEL-TOULOUSE


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Capítulo II
Capítulo IV


Día 3º) Domingo 10/11/2019

TOULOUSE


Hoy teníamos previsto visitar Albi, y tal como comenté en el primer capítulo, finalmente decidimos alquilar un coche para los dos días que nos quedaban.


Teníamos que recogerlo en la estación de ferrocarril, a las 09:00 en el mostrador de Sixt. Salimos temprano del hotel y fuimos caminando dando un paseo de unos 15’ ( 1,200 km).


Esta escultura de un toro se encuentra en la calle Allée Jean Jaurès, camino de la estación.


El coche que nos entregaron era un Peugeot 2008, realmente no necesitábamos un coche tan grande ya que íbamos solos y no llevábamos equipaje, pero en esta ocasión nos vimos beneficiados por darnos uno de superior categoría en vez de uno similar al contratado como ocurre casi siempre.


Emprendimos viaje a Albi, casi una hora de duración, 74 km.

ALBI 

Como curiosidad, Albi es la única ciudad francesa, además de París, que cuenta con inscripciones en dos listas diferentes de la UNESCO (en la de Patrimonio mundial con la ciudad episcopal en 2010 y en la de la Memoria del mundo con el mapamundi en 2015), realmente esta segunda nunca la había oído y no se exactamente en que consiste.


Aparcamos en el parking Bondidou, uno muy grande que hay junto a la Catedral, es gratis la zona inferior, nosotros lo dejamos en la parte de arriba que aunque es zona azul, al ser domingo no había que abonar nada.

Está muy bien porque aparte de estar pegado a la catedral, es muy grande, hay bastantes plazas y baños públicos gratis. 

Nada más subir la pequeña cuestecita que hay entre el parking y la Catedral (Bulevar General Sibille) no pudimos decir nada más que Ohhhhhh, impresionante la grandiosidad del religioso edificio, por su belleza, altura y por originalidad al ser su fachada del famoso ladrillo rojo como el de Toulouse.











La visita a la catedral es gratis, sólo hay que pagar entrada si quieres visitar el coro y el tesoro. Nosotros estas dos partes no las vimos, los que me seguís sabéis que no soy apasionada del arte sacro y no suelo ver muchos tesoros catedralicios o museos religiosos salvo que vayan incluidos en el precio de la entrada a la catedral.


Pero nada más que con lo que vimos es para quedarse asombrados.


La catedral de Santa Cecilia de Albi, no sólo es la Catedral más grande construida en ladrillo, 113 m de largo por 35 de ancho y su campanario en forma de torre con una altura de 78 metros, si no que con sus sus 18.500 m2 de frescos y decoraciones la hacen la más grande pintada en Europa pudiendo leerla como una Biblia ilustrada.


Se construyó entre dos siglos, de 1282 a 1480. Hoy es una de las catedrales más visitadas de Francia.

Ofrece un contraste importante entre el rigor exterior de su arquitectura defensiva y la riqueza interior de una suntuosa decoración.

Es una obra maestra del gótico meridional.














 



 

Rodeamos la Catedral, llegando al siguiente edificio que nos encontramos a su espalda, el Palacio de la Berbie, donde se encuentra ubicado el Museo de Toulouse-Lautrec y a la izquierda de este, los Jardines del Palacio.





Palacio de Berbie (Museo de Toulouse Lautrec)




La visita a los jardines es libre desde las 08:00 a 18:00 en esta época del año y gratuita, por lo que aprovechamos en ese momento para verlos y dejamos para después de comer, tras la apertura de la tarde, la visita al museo.

Desde allí se aprecian unas impresionantes vistas del río Tarn y los bonitos jardines que aunque no es temporada de flores, sí mantiene la forma del seto bien cuidado.






Vista desde los jardines del Palacio de la Berbie. Al fondo el Puente Veux y el del 22 de abril de 1944





A continuación nos fuimos para la gran explanada, Plaza de Sainte Cecile, con intención de ir a la oficina de turismo que se encuentra en la esquina de la mencionada plaza, pero cual fue nuestra sorpresa que estaba cerrada por ser domingo. 

Eso me ha ocurrido alguna vez y es algo que me cuesta trabajo comprender, cómo los fines de semana que es cuando más turismo hay, aunque sea en noviembre, estén cerradas estas oficinas que son de gran ayuda para los visitantes.



Decidimos tomar un café y un dulce para degustar la buena bollería que tienen en Francia y para reponer fuerzas y continuar la visita por nuestra cuenta, suerte que yo para estos casos, llevo siempre algo preparado de cada lugar que vamos a ver.



Aquí también había una tienda de todo azul pastel como en Toulouse, en el capítulo anterior expliqué el porque de estas tiendas.

Volvimos a pasar otra vez por la puerta de la catedral porque nos dirigíamos hacia la zona de la plaza del Chateau y es inevitable no tirar más fotos porque siempre encuentras un rincón nuevo o una esquina con otra perspectiva.






Detalle de los ladrillos rojos


Llegamos a la plaza de la Trébaille donde hay unos arcos de una antigua catedral y desde donde se aprecian buenas vistas de la torre de la catedral.








Por la calle frente a la torre de la catedral  nos adentrábamos en el barrio de Castelviel con sus casas medievales de ladrillos rojos y entramados de madera.






No olvidar entrar por una bocacalle a la izquierda para ver  la pequeña y coqueta Plaza de  Savenne




















Al final de la plaza du Chateau, hay una fuente un poco moderna para el lugar pegada a un puente al que estaba cortado el acceso.






Otra vista de la torre de la Catedral y la escalinata de entrada a la Colegiata de San Salvi. 

Esta fue una de las grandes ausencias de nuestra visita a Albi, el no visitarla fue porque en ese momento no sabíamos que era la famosa colegiata, después me ha consolado saber, según he visto en Internet, que sólo está abierta de junio a septiembre. 

Seguimos paseando sin rumbo para descubrir bonitos rincones de la zona medieval.


Otro rinconcito en Rue Emile Grand


Y en el barrio de Saint Julien, llegamos al mercado cubierto. Su construcción data de 1902 de estilo Art Noveau, compuesto de dos plantas en las que se distribuyen numerosos puesto de frutas, verduras, carnes, pescados etc. y algún que otro chiringuito para tomarte un refrigerio.

Espacio de forma triangular con estructura de metal y paredes de ladrillos. Pensábamos que no estaría abierto al ser domingo, pero sí, en esto tuvimos suerte, abre de martes a domingo de 07:00 a 14:00 h y para aquellos que queráis llegar en coche hasta el mismísimo mercado, tiene un parking subterráneo debajo, aunque es de pago, evidentemente.







De allí, deambulando sin rumbo por las bonitas callejuelas de Albi, encontramos la entrada al Claustro de la colegiata Saint Salvi.

Está abierto todos los días de 07:00 a 20:00 horas y es gratis.


El claustro, construido en 1270, pequeño lugar de paz donde reina el silencio. Las puertas que se observan bajo los arcos daban directamente a las pequeñas salas de los canónicos, que se han transformado en locales donde vivir. 






En el centro de este claustro, un jardín recoge la organización de otro antiguo en el que se cultivaban hierbas aromáticas y medicinales. 

Este forma parte de uno de los 5 jardines protegidos creados por la ciudad de Albi donde verduras, especias y hierbas aromáticas están a disposición de los viandantes: un patrimonio vegetal y con comestibles para todos.

Pero como podéis ver en nuestra visita, no se si por la época del año, el jardín estaba bastante despoblado de vegetales.






Rue de Roulmet


Tomamos por Rue Hotel de la Ville hasta salir fuera del casco antiguo, a la zona más moderna, Plaza du Vigan. 

Vimos estas bonitas fachadas y el propio Ayuntamiento como indica el nombre de la calle.





 Plaza Du Vigan



Continuando por esa ancha avenida, pasamos por la Plaza de Laperouse, donde se encuentra el monumento al marino francés Jean-François de La Pérouse.


Seguimos por la Rue de Verduse. Foto de abajo  la Fontaine de Verduse y el Gran Teatro.



Llegamos al Bulevar General Sibille, donde está ubicado el Monumento a los caídos.





Volvimos a a la Plaza de Santa Cecile y tras comer en una Pizzería llamada el Duomo, en la mismísima plaza de Santa Cecilia, nos fuimos para el Museo de Toulouse Lautrec.

La comida consistió en una pizza grande de 4 quesos  para compartir y 3 cervezas, 27€

El Museo lo abrían  a las 14:00 y a esa hora en punto estábamos allí sacando nuestra entrada. El precio son 10€ sin reducción de ningún tipo por ser privado.

El Museo se encuentra ubicado en El Palacio de Barbi, antigua residencia episcopal, erigido en el s. XIII es uno de los palacios episcopales más antiguos de Francia.

Allí se expone la mayor colección pública dedicada a Henri de Toulouse-Lautrec, pintor y litógrafo nacido en este maravillo pueblo de Albi en el año 1864.







El Museo de Toulousse-Lautrec, clasificado como Museo de Francia, presenta una colección excepcional: Lienzos de juventud, retratos de primer orden, litografías, grabados sobre el mundo del espectáculo, entre ellos los 31 carteles mundialmente conocidos y obras tardías.






Asomada por una de las ventanas del Palacio de Berbie, teníamos esta maravillosa vista, otra perspectiva de los jardines que visitamos por la mañana.




Visitando el museo descubrimos el propio palacio con sus salas abovedadas y pavimentos medievales, techos pintados, jardines, galerías, grandes salones...




Ultimas fotos de la Catedral cuando ya íbamos de regreso a coger el coche.


Parada para echar otro vistazo a lo puentes Vieux y 22 Abril 1944.




Dimos por  acabada nuestra visita a Albi, sabiendo que nos quedaban muchas cosas por ver, algunas por que se habían escapado y otras por desconocimiento al no tener ni siquiera un plano de la ciudad, pero muy satisfechos con lo visto, al menos lo más importante se había quedado grabado en nuestras retinas para siempre.

Como teníamos tiempo aún (ventaja de tener coche y no depender de transporte público), nos fuimos para un pueblo cercano recomendado por un chico de nuestra ciudad que es guía turístico.



Se trata de Corde Sur Ciel, se encuentra a unos 25 km. (29') al noroeste de Albi.



CORDES SUR CIEL

Es un pueblo medieval situado sobre un monte con cuatro murallas concéntricas que protegen un conjunto de calles estrechas y tortuosas parecidas a un laberinto.


Una vez aparcado el coche en la parte baja del pueblo (hay zona azul en la mayor parte del mismo y por cierto bastante cara), para visitar el recinto fortificado hay que subir por la muy empinada calle de la Barbacana.

Al comienzo de la subida hayas este mapa del pueblo señalizando donde te encuentras.

Cuando vuelves a ver otro mapa con la señalización en la otra punta, sabrás que te has recorrido el pueblo entero.




La subida es dura, pero se van descubriendo encantadores rincones, hasta una pequeña capilla que estaba abierta y sin nadie, lástima que el día no estuviera muy soleado o la hora ya no era la más idónea, muchas calles estaban muy en penumbra.






Pero al traspasar la puerta de la primera muralla es cuando realmente te sentirás trasladado al medievo, sensación que aumenta una vez superas la segunda puerta y accedes al interior del recinto amurallado que no es demasiado grande.










Íbamos buscando la oficina de turismo, pero cuando por fin la encontramos, bastante avanzada la visita, Maison Gaugiran 38-42 Grand Rue Raimond VII, se encontraba cerrada como era de esperar, así que continuamos la visita por libre.

En el centro hay una plaza ajardinada, otra con el recinto de columnatas del antiguo mercado del siglo XV, y una tercera plaza que se abre ante la iglesia de San Miguel, construida entre los siglos XIII y XV.

En el paseo por Cordes sur Ciel descubrirás que las calles están repletas de tiendas de artistas y artesanos, con numerosas galerías y establecimientos de los más diversos oficios. 



Desde la primera plaza ajardinada podemos apreciar esta panorámica, con la suerte de pillar un arco-iris.


Maison Carrié-Boyer







Lo cierto es que aunque había algunos turistas, el pueblo en general estaba bastante tranquilo, muy pocas tiendas y bares abiertos, supongo que por ser noviembre. No quiero ni imaginarme el ambientazo, posiblemente excesivo, que tiene que haber en los meses de verano.





Nuevamente después de haber caído unas gotitas, nos recibió este bonito arcoiris tras la muralla.




Y llegamos al final de la Grand Rue Raimond VII, con el colofón de la Puerta de Ormeaux, que da acceso a la mencionada calle que recorre longitudinalmente la ciudad alta.



Y hasta aquí llegamos a Place Fontournies, donde se encuentra el otro plano del pueblo con el punto de ubicación final, como comenté al principio que si llegamos aquí, nos habríamos recorrido toda la ciudad medieval completa.



Con esto concluimos nuestras excursiones del día y pusimos rumbo a Toulouse, 86,4 kms. 1 h 13' aprox.


Como llegamos temprano a Toulouse, rondando las 18:30, aunque ya era totalmente de noche, nos dimos una vuelta por  la Plaza del Capitolio y alrededores.

Ahora sí, por fin pudimos ver en el centro de la plaza el famoso escudo con los símbolos de zodiaco en cada uno de sus picos, como soy Libra ahí estoy fotografiada junto a mi signo.




Nuevo paseo nocturno por los alrededores de Capitole para hacer tiempo hasta la cena.



Ya que nos gusta tanto la carne de pato y en Francia es un pecado no comerla en algunas de sus muchas variedades, terminamos cenando en una hamburguesería pero como no podía ser menos de carne de pato, recomendada por Lady Diana, nuestra guía en el día de ayer del free tour.

Se trata de una franquicia llamada DUCK MEAT, por lo que hay varias repartidas por la ciudad, fuimos a la más cercana de la plaza del Capitolio. Duck Me Capitole, en la Rue de Remusat.

A diferencia con los Macdonals, aunque el funcionamiento es más o menos igual, tenían alcohol. Dos hamburguesas con patatas, una cerveza y una botella de agua, 19,50€, ni que decir que estaba exquisita.



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