Del 25 al 28/02/2011
CAPÍTULO I - MADRID Y CHINCHÓN.
A las 13:00 horas del viernes, nos poníamos en camino rumbo a Madrid aprovechando que el lunes 28 era fiesta en nuestra comunidad y teníamos un día más que un fin de semana normal.
El motivo principal de nuestro viaje era visitar en Madrid a Juanjo y Mª José, pareja que conocimos en el viaje a Argentina en noviembre/2009. Habíamos congeniado tan bien que estábamos planeando hacer juntos un viaje a Sicilia para el próximo mes de abril y además de pasar un día con ellos, teníamos que concretar algunos puntos acerca del viaje.
Después de parar en tres ocasiones para comer, descansar y café, eran las 7:30 de la tarde cuando estábamos llegando a su casa en un barrio a las afueras de Madrid capital.
El camino, por la ruta de la Plata muy bueno, 542 kmts de puerta a puerta, todo autovía que por ese motivo era monótono y aburrido.
A la mañana siguiente, ya que los dos conocíamos Madrid, nuestros amigos habían planeado llevarnos a Chinchón que ninguno de nosotros habíamos estado nunca.
Chinchón es un pueblo de la Comunidad de Madrid situado a unos 45 kmts. de la capital con un casco urbano lleno de atractivos turísticos, una amplia gama de productos típicos, tales como el famoso anís de Chinchón, artesanía en mimbre y esparto, panes, tortas y dulces muy diferentes, legumbres castellanas y ajos tanto los normales como los tiernos en ramilletes, entre otros muchos. Importante también por su gastronomía en los numerosos mesones y restaurantes que se encuentran distribuidos por todo el pueblo.
Al llegar a Chinchón y después de aparcar, tarea algo complicada, nos dirigimos a la Plaza Mayor, joya de la comarca y que recientemente ha sido declarada 4ª maravilla material de la Comunidad de Madrid.
Al llegar, nos encontramos en ella un mercadillo que con sus correspondientes puestos y furgonetas le quitaban parte del encanto a la misma, pero supongo que eso lo harán una vez por semana y tuvimos la mala suerte de que nos tocó ese día, como también imagino que eso será cada sábado, desde aquí aprovecho para sugerir a las autoridades de Chinchón que podían cambiar el día del mercadillo a otro fuera del fin de semana ya que son estos días los que podemos ir los turistas y nos da mucha pena llevarnos esa imagen y no la de la plaza vacía como un coso o lleno de veladores para disfrutar más del entorno.
Aparte de mis pequeñas críticas tengo que decir que me pareció espectacular, en su conjunto la plaza está soportada y cerrada por construcciones de tres plantas y balcones de madera, denominados “claros”, la mayoría ocupados por restaurantes.
Antiguamente era un lugar de encuentro donde se celebraban las ferias de ganado. El concejo compra unas casas en 1499 para acometer sus reuniones, estableciéndose el Ayuntamiento en el mismo lugar en el que se encuentra en la actualidad.
En 1502, la vistan Juana la Loca y Felipe el Hermoso y en 1683 queda cerrada abriéndose huecos suficientes para dejar paso a procesiones y carros.
Ha sido utilizada como corral de comedias, juego de cañas, autos sacramentales y celebraciones taurinas así como escenarios de varias películas.
Vista de la Plaza Mayor desde el mirador de la Iglesia de la Asunción
Seguimos nuestro recorrido turístico por la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, recientemente restaurada con su piedra blanca, se encuentra en todo lo alto coronando la Plaza Mayor. En su altar principal se encuentra un lienzo de Francisco de Goya que realizó especialmente para decorarla a petición de su hermano, por entonces capellán de esta iglesia, lástima que estaba cerrada y no pudimos visitarla por dentro ya que sólo la abren a la hora de los cultos.
Justo al lado se encuentran el Teatro Lope de Vega y la Torre del reloj, correspondiente a la iglesia de Ntra. Sra. de Gracia, la más antigua de Chinchón, destruida durante la Guerra de la Independencia, salvándose únicamente la torre, por ese motivo se dice que Chinchón tiene una torre sin iglesia y una iglesia sin torre.
Al bajar visitamos la oficina de información turística que se encuentra ubicada en los antiguos lavaderos, nos sentamos en uno de los muchos veladores que había en la Plaza Mayor a tomar una cervecita disfrutando del buen día que teníamos así como del entorno.
Aún nos quedaban muchas más cosas que ver de Chinchón, El Castillo de los Condes, los Conventos, las muchas ermitas que tiene, etc., pero ya el tiempo no daba para más, teníamos cita en un restaurante para comer, así que el resto quedaría para otra visita.
Comercio de artesanía y rincón típico
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