MIÉRCOLES 11/07/2012
DE BROTO A TORLA, PARQUE NACIONAL DE ORDESA (HUESCA) HASTA BOÍ EN LLEIDA
Total kms. recorridos del día = 141
Desayuno en Hotel Pradas. A las 08:00 en punto ya estábamos allí esperando a que abrieran. El desayuno regular. Después de hacer el check out, cogimos el coche y nos dirigimos a Torla para dejar el coche en el extenso aparcamiento que hay junto al centro de visitantes.
Sacamos los tickets para el autobús que nos lleva al P.N. de Ordesa, a 4,50 € por persona ida y vuelta. A partir de las 08:00, la frecuencia era cada 15’, tomamos el de las 09:00.
PARQUE NACIONAL DE ORDESA
EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO se crea en el año 1918 para el Valle de Ordesa, y en el año 1982 se realiza una ampliación a los tres valles que, además de Ordesa, forman el Macizo de Monte Perdido: Valle de Pineta, Gargantas de Escuaín y Valle o Cañón de Añisclo, ocupando en la actualidad una extensión de 15.608 hectáreas. Cada uno de los cuatro valles es diferente y tiene su propias peculiaridades.
El Macizo de Monte Perdido es una formación caliza y la altitud de su pico más alto, es de 3348 metros. Su nombre en la zona es Las Tres Serols. El Parque se encuentra situado en el Pirineo Aragonés, en la provincia de Huesca y a su vez en la comarca de Sobrarbe, es limítrofe por el norte con el Parc National des Pyrénées en Francia. Su territorio pertenece a los municipios de Torla, Puértolas, Fanlo, Tella-Sin y Bielsa, más el Ayuntamiento de Broto que tiene territorio en la zona de influencia del parque.
A las 09:15 nos dejó el autobús en La Pradera, punto de donde parten las diferentes rutas. Allí se encuentran en una gran explanada un restaurante con merenderos en el exterior (que no permiten tomar comidas no compradas en el establecimiento), una tienda de suvenir, lavabos y una oficina de información del parque.
Nosotros optamos por la ruta que nos recomendaron como más fácil, de las dos posibles para visitar la cola de caballo (la amarilla del núm. 3 del plano).
En esta ruta, tras las cascadas del Estrecho, se cruza el bosque de las hayas para llegar hasta una zona de pastizales y de masas de pino negro.
En las gradas de Soaso, el río se descuelga formando repetidos escalones. Finalmente el camino discurre por una zona llana y herbosa del circo de origen glaciar de Soaso, desde donde se obtiene una buena panorámica del Macizo de Monte Perdido. Al final del trayecto en la cabecera del valle, se haya la cascada de la Cola de Caballo. El regreso es por el mismo camino.
Duración: Entre dos horas y media y tres de ida
Desnivel: 550 mts.
Las impresionantes fotos que os pongo creo que hablan por sí solas.
Nuestro senderismo, a veces, se hizo un poco aburrido, sobre todo la primera parte, en el sentido de que como íbamos solos y en esta ocasión no entablamos amistad con nadie fue sólo caminar, caminar, caminar, los senderistas con los que nos cruzábamos, la mayoría de ellos eran expertos y nos sobrepasaban y había tramos en los que se hacía un poco pesado al no tener un paisaje diferente salvo las cascadas aunque para ello había que salirse un poco del sendero para poder ver las caídas de agua. A pesar de ser una ruta paralela al río Arazas, el frondoso bosque no te permitía verlo en la mayoría de su cauce.
A diferencia con el P.N. de Aiguastortes que vimos en días siguientes, como ya os contaré en el capítulo VI, además de ir acompañados por otros senderistas era una zona más abierta en la continuamente se veían ríos, lagos, montañas, vacas….
A partir de la segunda cascada, tras atravesar un tramo un poco duro y pedregoso, se llega a una impresionante explanada resguardada por las montañas, eso fue una de las cosas que más me impresionaron, aunque parecía que no tenía fin, al final, al terminar el valle nos encontramos con la recompensa de la preciosa cascada “Cola de Caballo”
Allí contemplando el bonito paisaje nos tomamos nuestros bocadillos y descansamos un rato, no tanto como hubiéramos deseado porque empezaron a aparecer unas nubes y nos alarmamos un poco por si nos llovía, que luego nos quedaba un largo camino de vuelta, aunque sólo se quedó en una amenaza.
Y emprendimos el regreso que fue mucho más concurrido de visitantes, a pesar de tener que ir sorteándolos para avanzar por los senderos, al ser bajada, fue mucho más rápido que la ida.
En total tardaríamos unas 6 horas. Rondando las 15:15 estábamos de nuevo en La Pradera tomando un cafelito, donde enseguida cogimos el autobús que nos llevó al aparcamiento de Torla, allí recogimos nuestro coche y nos dirigimos al siguiente destino, el pueblo de Boí, en Vall de Boí, pleno pirineo catalán, donde pasaríamos las siguientes dos noches.
A pesar de solo estar separados Torla de Boí por 137 kms., el tiempo que se tarda es rondando las 2’30 horas por las angostas carreteras y llenas de curvas así como muchos tramos en obras, pero como no teníamos prisa, nos tomamos el camino muy relajados.
Nada más entrar en Boí, hay un amplio aparcamiento donde dejamos el coche y con una buena situación, cerca de todo, en la Plaza Treio, 4, se encontraba el Hotel Pey, que habíamos reservado por Booking.com.
En general lo que más valoro es su ubicación, idóneo para hacer excursiones por el P.N. de Aigüestortes y hacer la ruta del románico. Está justamente al lado de donde se toman los taxis para el parque, de la oficina comarcal de información del mismo y de una de las principales iglesias románicas visitables.
La mampara del cuarto de baño estaba muy sucia con todos los bordes negros, no había secador, ni minibar, ni teléfono en la habitación, en cuanto a las toallas, las dejaba rebujadas para que nos las pusieran limpias y nos encontrábamos las mismas colgadas. Mucha dificultad para coger el wifi en las zonas comunes y la habitación (que era de las pocas que llegaba) y nula conectividad en la terraza. En cuanto al precio, no lo vi tan económico relación calidad-precio para este tipo de hotel (hotel? De 1*, de 2**, hostal?), 91€ alojamiento y desayuno. Había diferentes carteles que al final no se donde me he alojado. En ocasiones por poco más de ese precio he conseguido fantásticos hoteles de 4* y no muy lejos de allí, concretamente en la zona del pirineo aragonés.
Bueno, pues después de las quejas del hotel, que ya las manifesté en booking, y de hacer el check-in, tomarnos una cerveza, pasamos al comedor donde pedimos una ensalada de queso de cabra, un trucha, carrillada en salsa y 4 cervezas por un importe de 35,10€
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