21 sept 2019

UNA SEMANA EN ITALIA. VIAJE EN GRUPO -CAPÍTULO III - LA SPEZIA, SESTRI LEVANTE (Bahía del Silencio)-RAPALLO-STª MARGARITA DE LIGURE-PORTOFINO-CAMOGLI-GÉNOVA)

Ir a 
Capítulo II
Capítulo IV


CAPÍTULO III - LA SPEZIA, SESTRI LEVANTE (Bahía de Fábula y Bahía del Silencio)-RAPALLO-STª MARGARITA DE LIGURE-PORTOFINO-CAMOGLI-GÉNOVA

DÍA 3º) VIERNES 13/09/2019



Hoy seguíamos la ruta hacia Génova y a pesar de haber salido temprano del hotel, nos topamos con una carretera cortada por obras y seguimos el desvío indicado que nos hizo dar varias vueltas a La Spezia sin encontrar la salida , hasta que no preguntamos a un obrero que nos indicó el camino, no pudimos encontrar la carretera adecuada, eso nos hizo perder mucho tiempo en detrimento de las visitas posteriores.




Distancia de La Spezia a Bahía de Fabula: 60,8 kms. 52', en circunstancias normales, nosotros por las razones explicadas anteriormente, invertimos más tiempo y kilómetros. 



SESTRI LEVANTE


Como a medio camino entre La Spezia y Rapallo, decidimos hacer una parada de unos 50' en Sestri Levante para ver sus dos bonitas bahías, la de Fábula y la del Silencio o también conocida como Portobello, así como la Basílica de Santa Mª de Nazaret.

En esta foto de Google se pueden apreciar perfectamente las dos bahías, una a cada lado del pueblo Sestri Levante.



Bahía de Fábula


La Baia delle Favole o "Bahía de las Fábulas" recibe su nombre en honor al escritor danés Hans Christian Andersen, quien vivió en Sestri Levante por un corto tiempo en 1833.

Preciosa playa amplia y tranquila con un paisaje espectacular del Mar de Liguria, Golfo de Tigullio, perteneciente a la ciudad metropolitana de Génova.











Basílica de Santa Mª de Nazaret

Iglesia ubicada en el centro del antiguo pueblo de Sestri Levante, junto al Ayuntamiento.

Los que habéis viajado por Italia, sabréis de sobra que no se puede desperdiciar de entrar a hacerle aunque sea una rápida visita a cualquier iglesia que os encontréis abiertas por muy pequeña que sea, aún no encontrándose entre las más famosas, os sorprenderá ver auténticas obras de arte.

Acababan de pasar las fiestas patronales del 2 al 7 de septiembre. 

     
  



Bahía del Silencio

Bordeando la Basílica llegamos a esta bonita playa, al fondo el ex Convento dell'Annunziata.  













Y no, no estamos en la ciudad de Copenhague viendo la Sirenita, Sestri Levante también tiene su particular escultura mirando al mar, en la bahía del silencio delante del ex convento.


Esta visita fue "casi" no programada, pero nos encontramos con la sorpresa de estas bonitas playas en esta bella costa, así que retomamos nuestra ruta prevista hacia Rapallo que era nuestra siguiente parada. 26,1 km - 24' 


RAPALLO
Rapallo es la mayor población de la Riviera de Levante, aunque menos conocida que las vecinas Portofino y Santa Margherita. La ciudad tiene ese carácter aristocrático típico de la Riviera, que se aprecia en las grandes villas y hoteles construidos a partir del s. XIX. El centro antiguo ha conservado el típico aspecto marinero, con callejuelas estrechas y empinadas repletas de tiendas y locales. Rapallo es en la actualidad un centro turístico internacional, con hermosas playas, elegantes hoteles, centros de congresos, dos puertos turísticos, un campo de golf con 18 hoyos y numerosas instalaciones deportivas

Al llegar a Rapallo, aparcamos justo en el paseo marítimo, en la Via Lungomare Vittorio Veneto, desde donde teníamos la primera vista hacia el mar del antiguo Castillo de Rapallo, construido en 1550 por los genoveses y hacia el interior, el kiosko de la música.





Arco en el Casco antiguo de Rapallo




Calles del Centro histórico decoradas con paraguas blancos, supongo que será por embellecimiento no para tapar el sol, porque la verdad, siendo tan pequeños tapaban poco sol. Algunas calles no necesitan ningún parasol ya que tienen a ambos lados unos bonitos porticados ojivales.

    






Volvimos al paseo marítimo para buscar la oficina de turismo, donde una chica muy amable nos atiborró de información de Rapallo, desconocíamos que había tantas cosas que ver y teníamos muy poco tiempo, el día estaba organizado muy concentrado con sólo visitas exteriores, además de las improvisaciones y la pérdida de tiempo que tuvimos para salir de La Spezia.

Vistas del paseo marítimo y del Castillo un poco más cerca









Llegamos a la Vía de la Torre Civica donde había un Carrefour express y compramos unos sandwiches y bebidas que nos tomamos en un parque infantil que había justo enfrente.


Continuamos caminando por la via Civica con la imagen de la torre del mismo nombre y Iglesia Santo Stefano u Oratorio dei Neri al fondo.







  


Basílica de San Gervasio





     

Curiosidades en las calles de Rapallo. 


Foto de la derecha, esquelas mortuorias de los vecinos fallecidos. Aunque nunca las he visto en España, recuerdo que antiguamente se usaba mucho en los pequeños pueblos, sobre todo los he encontrado en Portugal y en Sicilia, pero a estas alturas y en un pueblo tan turístico y grande como Rapallo me llamó la atención que aún se sigan usando. 


La placa del suelo, no se si es de alcantarilla o de telecomunicaciones me recordó a las de Japón, claro que allí son todas diferentes, coloridas y a cual más bonita.



Continuamos caminando por el paseo marítimo para recoger el coche pero algunos seguimos para ver la otra cara del castillo y el espacio que habían ganado al mar donde ponían tumbonas para tomar el sol con una vista inmejorable, había también restaurantes.


Esas zonas son llamados Bagnis, estos lugares de baño estaban delimitados cada uno con sombrillas y tumbonas a juego, con colores muy vistosos, diferentes para cada uno de ellos, Bagni Molo, Bagni Victoria o Bagni tigullio por ejemplo, supongo que serán de pago al menos por el alquiler de las hamacas.











 




Aquí en esta foto de Google se pueden apreciar mejor los bagnis 



SANTA MARGARITA DE LIGURE

Tomamos nuestra furgoneta y nos dirigimos al siguiente destino continuando por la costa, el cercano pueblo de Santa Margarita de Ligure.

Es una localidad conocida como "La Perla del Tigullio" ubicada sobre el Golfo del Tigullio en el Mar de Liguria de la provincia de Génova. Cuenta con 10,124 habitantes y es un importante centro turístico. 

Aparcamos en la Via Milite Ignoto, pasando el puerto. Distancia desde Rapallo: 4,2 kms. 10'



Afortunadamente en este pueblo no tuvimos que pasar por la oficina de turismo, amen de que a la hora que era estuviera cerrada, ya que la chica de la oficina de Rapallo fue tan amable que nos dio información de toda la zona, cosa que como ya comenté en el capítulo anterior echamos de menos en Cinque Terre.

Realmente  para el poco tiempo que pasamos en cada lugar, dado lo concentrado de nuestro viaje y principalmente el día de hoy, no necesitábamos mucha información de los sitios, nos podíamos apañar con la que yo había recabado previamente al viaje y consultando "San Google" nos saca de cualquier apuro.

Fuimos andando deshaciendo el camino que habíamos traído en coche, pasamos por el puerto y su paseo marítimo siendo la misma avenida pero con varios nombres por tramos: Via Giuseppe Garibali, Vía de Tommaso Bottaro, via G. Marconi hasta la Piazza Martiri de la Libertad. 

Su fachada frente al mar llena de souvenires y restaurantes, claro que ya estábamos en hora española para comer, la mayoría cerrados.




Uno de los pocos bares que encontramos abierto fue "Caffe Del Porto", Via Bottaro, 32 donde tomamos unas focaccias, una de las comidas más típicas de la zona.

No digamos que era un lugar para recordar ni para recomendar pero al menos nos quitó el hambre para continuar nuestras visitas.

Seguimos por el paseo marítimo, subimos la pequeña cuestecita que nos lleva al Castillo de Santa Margarita de Ligure, del siglo XVI, se encuentra al pie de la colina de Villa Durazzo. 

Restaurado en 2000, ahora se utiliza como un espacio de exhibición para exposiciones de arte y mercado y para la organización de cócteles, pequeñas recepciones y ritos civiles.

Al final se nos olvidó hacer alguna foto al castillo por fuera, esta es de Google y las de abajo sí son nuestras de las vistas del puerto desde el Castillo, en la tercera foto se divisa la Torre Pagana de Rapallo.










Oratorio de San Erasmo





Pasando el oratorio, por la via tres de noviembre, subiendo una pequeña rampa y posteriormente unas escaleras, nos topamos de frente con la espectacular fachada de la Iglesia barroca de San Giacomo.



Cuando viajas con un grupo grande, es normal que todo el mundo no tenga el mismo ritmo. Yo siempre lo digo al comenzar un viaje, viajamos juntos, pero no revueltos,  lo que implica que cada uno según su naturaleza o sus gustos, se apunte a las visitas que le apetezcan, suerte que en esta ocasión me acompañaban Carlos y Mari que tenemos un ritmo similar.

Cuatro de los compañeros de viaje se quedaron al inicio de la cuesta sentados en un heladería mientras nosotros tres subimos al promontorio de Durazzo, donde se encuentran dos edificios históricos, Villa Durazzo con la mencionada iglesia de San Giacomo al lado, así como un bonito parque de estilo italiano.

La entrada es gratuita y desde allí se obtienen bonitas vistas panorámicas del puerto

   
Iglesia de San Giacomo











Después de la visita de la Iglesia nos acercamos a Villa Durazzo Centurione, que le da nombre al promontorio y se trata de un edificio cuadrado al estilo alesiano,  residencia de la familia Marquis. 



Los apartamentos del piso noble se pueden visitar durante todo el año, allí se encuentran obras de diversos artistas italianos de la escuela genovesa de los siglos XVI, XVII y XVIII entre otros.

También lo dedican a eventos culturales, conciertos, conferencias y banquetes de boda, posiblemente ese día habría estado ocupado por algún de los eventos anteriores porque en ese momento se encontraban allí los camiones del catering recogiendo.

Gran parte del encanto que caracteriza a Villa Durazzo se debe al parque centenario que lo rodea y que se extiende con vistas al golfo por unas tres hectáreas.


  










   




Regresamos al aparcamiento en Via Milite Ignoto, para recoger el coche donde se encontraban la magnifica mansión de la foto y la estatua de Umberto I.

El siguiente destino era Portofino.


   

Lo ideal para recorrer bien esta zona, es una estancia mínima de dos o tres días, principalmente para hacer el recorrido en barco (tal como hicimos en Cinque Terre) desde Rapallo a Portofino. 


Existen varias modalidades una bastante práctica podía ser la de visita + barco en la cual te puedes subir o bajar en cada una de las poblaciones para verla y así no te pierdes las maravillosas vistas que tiene este golfo desde el mar.


Se ahorra tiempo y dinero de parking pero también hay que ajustarse a los horarios del barco. Como nosotros contábamos con el tiempo muy escaso y no íbamos a hacerlo no nos informamos a fondo de esta modalidad.


PORTOFINO

Este pequeño pueblecito con forma de media luna y de sólo 532 habitantes es el último de la pequeña península en el mar de Liguria.



Rodeado por el verde del Parque natural regional y de la Reserva Marina, lugar enormemente apreciado por artistas, personajes famosos y escritores que le han dedicado distintas obras y elogios. 

La ”piazzetta”, punto de encuentro de la jet set internacional, es el símbolo de Portofino, mientras que los puertos con sus típicas casas de colores vivaces son el testimonio de la gran tradición marinera de esta localidad, cuyos habitantes eran llamados por los griegos y los romanos “delfines”, por su gran habilidad como navegantes.
Portofino es el final de la carretera y no hay lugares públicos para aparcar. La alternativa es un mega parking privado. La mejor manera de llegar es hacerlo en bus, desde de Santa Margherita o en barco desde Rapallo como comenté anteriormente.

Efectivamente, en cuanto llegamos no nos permiten avanzar más con el coche y el aparcamiento al ser cubierto teníamos duda de si cabría nuestra furgoneta, es esa tesitura aparcada en doble fila podíamos ir algunos a echarle un vistazo al menos a la famosa plazetta, mientras que otros se quedaban aguardando el vehículo.

Una plaza preciosa, claro que ya era un poco tarde y no estaba el sol de la forma más idónea para las fotos, media en sol, media en sombra.







Justo al lado, se encontraba la Marina de Portofino, uno de los puertos más famosos del mundo que ofrece 14 lugares de amarre para embarcaciones de recreo y superyates en el muelle 

No había nada más que echarle un vistazo a su puerto con las grandes "pateras" atracadas y el público que estaba en los restaurantes y sus viandantes, para darte cuenta de que se trata de un lugar para el veraneo de los adinerados.






En el Molo Umberto I, frente al puerto se encuentra el Museo del Parco, que aunque parezca un parque infantil, se trata de un museo al aire libre con vistas panorámicas y obras de arte clásicas y contemporáneas.






Al lado del museo se accede al camino que lleva al Castillo Brown y al faro, Mari y yo nos dimos prisa porque nos estaban esperando el resto, para subir un poco por ese camino para obtener mejores vistas de la plaza y el puerto , pero entre la espesa vegetación era casi imposible, sólo tuvimos algunas panorámicas al llegar al Castillo pero como había que pagar el ticket y el vigilante no nos dejó acceder hasta la puerta para tirar una foto, nos tuvimos que conformar con las vistas que aquí os pongo. 


Lástima que lleváramos tan poco tiempo para entrar en el castillo y llegar hasta el faro.


  










Serían casi las 18:30 cuando salimos de Portofino y algunos del grupo ya estaban cansados y querían irse para el Hotel en Génova. 

A mi me daba mucha pena irnos sin pasar por Camogli, pero cuando viajas en grupo.... tienes que adaptarte, menos mal que alguien me secundó y finalmente fuimos.

Creo que después nos alegramos todos mucho de haber ido  porque era un sitio maravilloso y nos cogió una hora fantástica, la puesta de sol, juzgad vosotros por las fotos.



Estábamos sólo a 13,8 kms. casi media hora porque no había otra carretera desde Portofino, tuvimos que pasar de nuevo por Santa Margarita de Ligure.




CAMOGLI
Camogli es un espléndido pueblo que se asoma al golfo Paradiso, en la maravillosa Ribera Italiana de Levante. 

Un típico pueblo de pescadores y marineros caracterizado por las casas altas y pintadas de colores vivos que atraen la mirada. 

Un lugar romántico sumergido en un magnífico enclave natural que desde hace siglos encanta a los turistas de todo el mundo en busca de relax sin dejar de lado la cultura, el mar y la buena cocina. 
El pueblo originalmente dedicado a la pesca y el comercio, con los años ha desarrollado actividades artesanales como el hilado, tejido y coloración de telas.

Al llegar a Camogli aparcamos en el parking de un supermercado llamado Gulliver, en la Via Jacopo Ruffini, 25,y tuvimos que dar un largo paseo hasta llegar a la zona de las playas.


Paseo de 600 metros por el Belvedere Gentre di Mare que no se hizo nada pesado por los distintos miradores con vistas al mar que fuimos encontrando a lo largo del camino,  tardamos más del doble del tiempo por las múltiples paradas que fuimos haciendo para tomar fotos.

Belvedere Gente di Mare







 







  

Finalmente llegamos al puerto y esta fue la estampa que nos encontramos.

Una peculiaridad de esta zona y de Liguria son las típicas fachadas pintadas, conocidas como trampantojos, que representan elementos arquitectónicos y decorativos: basamentos, marcos, balcones, flores y persianas cerradas.






Otra imagen del puerto, al fondo la Basílica de Santa María Asunta y detrás de los edificios se encuentra el Castillo Dragonara.











Bordeando el puerto llegamos a la fantástica playa con sus altos edificios de colores donde pudimos apreciar los trampantojos que he mencionado antes.











Después de haber visto esto, yo no me querría ir nunca de aquí.




Emprendimos el camino de regreso al aparcamiento que aunque ahora era cuesta arriba, continuamos viendo bonitas vistas del muelle y el faro.







De Camogli a Hotel Europa en Génova: 34,5 kms. 34'


Llegamos al hotel Europa y tras descargar las maletas, la gran odisea fue encontrar parking, el hotel tenía uno pequeño con muy pocas plazas y que tendríamos que haber reservado previamente, aparte de que nuestra furgoneta tan grande no cabe en cualquier sitio.

Una vez liberados de coche nos fuimos a un restaurante que se encontraba junto al hotel, por cercanía y por recomendación de conserje y fue todo un acierto, esa noche sí que cenamos bien en condiciones y con una relación calidad-precio bastante buena.


Restaurante E Prie de Ma









Día concluido.


Ir a 


Capítulo II
Capítulo IV






No hay comentarios: